26/3/16

Miguel Ángel Buonarroti

      MIGUEL ÁNGEL                   BUONARROTI
              1475  - 1564
  •      INTRODUCCIÓN AL RENACIMIENTO ITALIANO


El término Renacimiento, en el cuál enmarcamos a nuestro protagonista, puede ser usado en dos sentidos. Uno de ellos hace referencia a un periodo histórico y otro describe un conjunto de ideas y valores culturales.


Se suele pensar que el renacimiento nació en Italia en el siglo XIV con las obras de los pintores Giotto (1266-1337) o Cimabue (1240-1302), y que finaliza a finales del Siglo XVI. Pero esto no es exactamente así, no se debe encerrar en unos límites exactos, ya que podemos encontrar muchas ideas del Renacimiento ya en el siglo XII y también después del siglo XVI. Lo que sí podemos asegurar es que fue el historiador Jules Michelet el primero que usó el término “Renacimiento” para describir el periodo de la historia europea que va de 1400 aproximadamente a 1600, y el cual presencia tanto “el descubrimiento del mundo” como “el descubrimiento del hombre”.


Debemos destacar que aunque Michelet creó este término, los propios artistas e intelectuales de la época ya sabían que estaban viviendo una época de profundos cambios culturales. Artistas como Giorgio Vasari (1511-1574) ya describió su época como un segundo nacimiento de las artes en Italia.


Estos artistas, fueron en realidad quienes nos dieron una definición de lo que realmente significó el Renacimiento: “fue un movimiento que afectó a todos los aspectos de la cultura, a la literatura y a la erudición tanto como a la pintura, a la escultura y a la arquitectura, y que conscientemente quiso recuperar y revivir los logros de la antigüedad clásica”.

  •                             MIGUEL ÁNGEL, EL ARTISTA. 



Miguel Ángel nació en Caprese, un pueblo de la Toscana italiana el 6 de marzo de 1475, pero pronto sus padres se trasladaron a vivir a Florencia. Pertenecía a una familia acomodada, y su padre era el “podestá”, lo que hoy sería el alcalde del pueblo. Comienza a aprender pintura con el pintor Francesco Granicci, lo que no agrada a su padre, pero finalmente acaba aceptando que su hijo será artista.


Así Miguel Ángel ingresa con apenas 13 años en la “Bottega”, una escuela de pintura del maestro Domenico Ghirlandaio, quien le enseñaría la técnica del fresco que tan espectacularmente plasmaría después en la Capilla Sixtina.


Poco después, inicia sus estudios bajo el mecenato de los Médicis, en especial, de Lorenzo de Médicis. Fue una época feliz para él, ya que Lorenzo le adoptó en su casa, y pudo vivir en su magnífico palacio. Cuando esta poderosa familia cayó del poder en Florencia, Miguel Ángel huyó a Bolonia, donde estudió las obras de Jacopo della Quercia.



A finales de 1495 volvió a Florencia y ya no pudo ocultar su admiración por la anatomía, lo que le llevó a acudir prácticamente a diario al depósito de cadáveres para hacer disecciones que le permitieron conocer a fondo los detalles del cuerpo.En julio de 1496 se trasladó a Roma, donde elaboró la “Piedad” del Vaticano y algunas esculturas más. Cuando regresó a Florencia esculpió “El David”, pero en 1505 el Papa Julio II le ordena su regreso a Roma para realizar su tumba, encargo que Miguel Ángel acepta encantado, pero pronto el mismo Papa le ordena que pare la tumba, y pinte la que luego se convertirá en su gran obra: “La Capilla Sixtina”.


A pesar de que el propio artista renegaba de hacer esa obra, tuvo que aceptar y dedicó cuatro años y medio a ella, desde 1508 a 1512. Durante estos años las discusiones con el Papa eran continuas, debido al fuerte carácter de ambos hombres que les impedía ponerse de acuerdo, y sobre todo, debido al escaso salario que recibía Miguel Ángel y las malas condiciones en las que trabajaba.


Tras la muerte del Papa Julio II, su proyecto de su tumba quedará reducida, lo que ocasiona el enfado del artista. Ya el Papa León X le encargó la decoración de la fachada de la Iglesia de San Lorenzo de Florencia, la cual no llegó a terminar. También diseñó la Biblioteca Laurentina y las Capillas Mediceas.


En 1534 el Papa Paulo III le mandó pintar el “Juicio Final” en la Capilla Sixtina, y sería nombrado pintor, escultor y arquitecto del Vaticano. Desde 1546 Miguel Ángel de dedicó a la arquitectura sobre todo, destacando la cúpula de la basílica de San Pedro.


Miguel Ángel falleció en Roma el 18 de febrero de 1564 a los 89 años. Su cadáver fue llevado en secreto hasta Florencia, donde tuvo varios funerales en la Iglesia de San Lorenzo y fue enterrado en Santa Croce.






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